jueves, 29 de octubre de 2009

Una villa de vanguardia oteando el río - La casa del Arq. Daniel J. Armstrong


Existen obras que se aprecian con deleite aunque uno las vea a diario, lo que supongo guarda relación con sus valores estéticos pero también con lo que nos transmiten. Son capaces de despertar nuestra imaginación y desatar por tanto visiones de experiencias reales o fantásticas…
La casa del “inglés” Armstrong, Daniel Jorge, o Lito para buena parte de los salteños, es una de esas creaciones arquitectónicas que enriquecen nuestro espíritu y que Salto tiene el privilegio de tener junto a otras creaciones de este arquitecto local.
De familia de origen británico, como su apellido y uno de sus motes lo evidencian, Lito cursa sus estudios de arquitectura en la Universidad de Cardiff en Gales.
Culmina los mismos y en 1940, a su regreso, construye esta pequeña villa, en un lugar entonces agreste y poco habitado, para hogar de su recién formada familia.
El lenguaje arquitectónico es en parte el de la arquitectura “internacional”, aunque también con ciertos elementos de aquellas vanguardias que la famosa muestra del MOMA excluyó de la nómina.
El ángulo vidriado de la escalera nos remite al taller de Ozenfant de Le Corbusier, y la escalera de macizas barandas descendiendo a su lado en la escarpada pendiente (luego demolida) nos recordaba claramente a la de la Maison Citrohan del mismo en su versión de 1922. Los grandes balcones curvos sin duda que conllevan la alusión náutica de popa de navío, y es así que este buque se aprecia desde la costa navegando tierra adentro desde el río, generando una imagen de enorme carga poética.
Sin embargo esta popa carece de barandas náuticas, las mismas son macizas, y revestidas de un trabajo en ladrillo de prensa, que acercan su lenguaje a las arquitecturas holandesas de corte expresionista de la escuela de Amsterdam transmitidas por la revista Wendingen, esas que como mencionáramos fueran ignoradas por Johnson y Russell Hitchcock en la muestra del ’32 (recordemos que de Holanda solo estaba representada la escuela de Rotterdam con Oud y Brinkman).
Al mismo tiempo se suma un carácter estructuralista en la resolución del soporte del gran voladizo sobre el barranco, al estar sustentado por un solo y cilíndrico pilar del que salen grandes ménsulas.
Como en muchos otros casos en nuestro país, se conjugan diversas influencias en un resultado original y muy precoz entonces de arquitectura de vanguardia en América del Sur.
Y también como muchos otros arquitectos en nuestro país (el caso de De los Campos, Puente y Tournier quizás sea el más significativo), Armstrong actúa en una postura ecléctica en relación a las vanguardias, al tomarlas como un estilo más. Así, cuando construye el encantador chalet vecino al suyo, lo hace en un lenguaje totalmente pintoresquista, seguramente a requerimiento de los propietarios. Sin embargo, en la mayor parte de sus primeras obras, su adhesión a las vanguardias progresistas es clara. Los departamentos de la calle 33 acera este casi calle Artigas tienen una filiación corbusieriana con elementos de más clara inspiración náutica aún que su casa.
Pese a esa postura ecléctica, en lo que su creación jamás cae es en poder ser adscripta al acrítico y frívolo Art Decó. Jamás su acercamiento a la modernidad vanguardista tiene visos de enfoque decorativista.
Como arquitecto y como salteño me honra que una obra de esta calidad de diseño y de estas características forme parte de nuestro paisaje arquitectónico, en uno de nuestros entornos más carcterísticos y encantadores.
Y al verla imaginar que salgo a sus terrazas y puedo contemplar el espejo del río en la mañana, y quizás hasta ver el pequeño crucero de Lito acercándose al muelle del Remeros, para dirigirse a este gran navío en el que navegó durante toda su existencia desde su botadura….

Edmundo Rodríguez Prati

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